Si de alguien aprendí, fue de mi misma. Dándome hostias sin
saber lo que estaba bien ni lo que estaba mal, levantándome y volviendo a caer.
Si de alguien aprendí, fue de los demás, de mis amigos. Observando sus errores
y no cometiéndolos yo.
Si algo aprendí fue en no confiar en nadie. A estar sola y
abrirme paso en este mundo. A empezar de cero. Y así continúo.
Si soy tan impenetrable, sí soy tan arisca, si soy tan fría y maleducada, piensa primero por qué será. Porque cada persona tiene su historia. Una historia que lo ha formado como persona y lo ha hecho como es.